sábado, febrero 19

Miles de veces presencié una disputa familiar pero esas eran otras épocas; Épocas en las que miraba para otro lado y encontraba alguna manera de distraerme. Y así, para cuando reaccionaba las cosas ya estaban bien, o al menos de eso trataba convencerme. Ahora, a mis 14 años, las cosas están diferentes. Ya no puedo mirar para otro lado, ahora soy parte de eso y me encuentro justo en el medio... sin escapatoria y sin solución. Hasta trato de entender como es que llegamos a esto, como es que, de repente, toda esa, linda y pacífica, familia que tenía se resume de nuevo a cinco. Los cinco que, en realidad, siempre fuimos. Y el resto - ¿En dónde está? - pregunta que me hago todos los días, para comprender la basura que son. Y es triste responderse siempre: - No, el resto no está. Ellos ya no son tu familia - ; Por eso, ahora... tomo la decisión de que mi familia está formada por cinco personas. Y que el resto: SE VAYA A LA MIERDA.


Te llaman cuando hay que sumar. Te olvidan para decidir. Te buscan cuando hay que pagar. Se escapan cuando hay que asumir.

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